Es innegable que el nombre Ozzy Osbourne no sea tema de discusión o de admiración, para algunos es un excéntrico personaje de su propio reality que se supo ver por MTV por aquellos años 2002 hasta 2005 llamado The Osbourne´s junto a su esposa y manager Sharon y sus dos hijos Kelly y Jack con sus extravagancias dignas de cada una familia y una tan importante como la del que pusiera su voz a la legendaria banda de heavy metal Black Sabbath y posteriormente a su carrera en solitario. Y para otros, es una de las voces más importantes que el metal haya dejado, y ya era muy conocido por sus excesos y aciertos en el mundo de la música antes de poner la firma y el permiso para que las cámaras de tv estuvieran 24/7 en su casa.

Lo cierto es que a los 72 años de edad, el legendario músico ha sido protagonista de los medios y no precisamente por su música, sino por su estado de salud. Está bien, muchos (y también quien escribe estas líneas) se pregunta cómo es que una persona como el aún puede estar de pie cuando muchos que intentaron seguir el espiral autodestructivo de los excesos han perdido la batalla a un cuarto de carrera, y los años no vienen solos para cualquiera, ya que en 2018 cuando comenzó su gira de despedida y en la parte final del mismo un estado gripal derivo en una neumonía y a una posterior cancelación de varios shows en Europa.

Un poco antes, tuvo que ser atendido en quirófano para operarse de una mano debido a una infección por estafilococos potencialmente mortales, y en 2019 cuando se estaba recuperando de esta neumonía sufrió una caída que agravo el estado de salud, en 2020 le fue diagnosticado con Parkinson.

Este historial de problemas físicos se une al abuso sistemático de alcohol y drogas durante gran parte de su vida, el hecho le llevo al mismo cantante a realizarse un estudio genético en 2010 para saber si su resistencia tenía algún tipo de explicación científica.

En una columna escrita que fue publicada en “Sunday Times Of London” Ozzy dijo: “Tenia curiosidad. Debido a las piscinas de alcohol que he bebido a lo largo de los años, por no mencionar toda la cocaína, las pastillas para dormir, la morfina, el LSD, el jarabe para la tos y el Rohypnol, no había razón medica que pudiera explicar porque estoy vivo, y tal vez en mi ADN se encuentre esa respuesta”.

Su esposa y manager de toda la vida Sharon dio algunas pistas sobre el estado de salud del músico, que deberá someterse a una operación en el cuello y en la columna debido a esa caída sufrida tiempo atrás: “Te rompe el corazón, quiere subirse a un escenario, extraña a sus amigos y los músicos, echa de menos esa vida”, además de mencionar que al Parkinson lo lleva adelante con buenos pronósticos: “Lo lleva bien, lo tiene bajo control”.

Asi que en líneas generales, aunque todos esperamos que el príncipe de las tinieblas emerja de todo mal que ha tratado de arrebatarle lo que más le gusta hacer, nos tocara ser prudentes al esperar un nuevo show en el futuro.

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